El mayor tesoro que siento como persona PAS es sin duda la capacidad para percibir el mundo sutil que nos envuelve, la capacidad para percibir la belleza, la naturaleza, la pequeñez del ser humano en el universo, pero a la vez la grandiosidad de su alma (me refiero al interior de las personas que me rodean) Para sentir las emociones, el amor. Me encantan las personas y me fascina el cerebro del ser humano. Soy luchadora, aunque sea por utopías irrealizables. Me levanto cada vez que me caigo. Porque sé que hay alguien que me entiende, que me escucha. Alguien que me espera. Alguien que me protege. Porque siempre hay un mañana.
Pero no todo es bueno, Uno de los grandes inconvenientes a los que me tengo que enfrentar continuamente es mi baja tolerancia a ruidos, luces u olores fuertes, especialmente si no son deseados o administrados voluntariamente, lo que demuestra que las consecuencias de un mismo estímulo de este tipo pueden variar en función de cómo lo procesa mi cerebro en cada momento.
Ahora que ya podemos hablar libremente de salud mental, debo decir que otro de los grandes inconvenientes es que los trastornos emocionales tan comunes hoy en día, como la ansiedad o la depresión, pueden cebarse conmigo, ya que la alta sensibilidad siento que me hace vulnerable.
Esto es una introducción, porque hoy quiero hablarles del daño que me hacen las criticas innecesarias, sobre todo las de personas que se empeñan en querer hacerme pequeñita y que son incapaces de reconocer que todos, absolutamente todos tenemos talentos y habilidades que en el caso de las PAS, que en la mayoría de los casos ponemos a disposición de los demás.
Debo reconocer que no reacciono bien a las criticas tiendo a tener reacciones más intensas a las críticas que otras personas menos sensibles, y como resultado, a menudo empleo de una forma incontrolada ciertas tácticas para evitar enfrentarme a las críticas, como complacer a la gente, criticarme a sí misma primero (antes de que la otra persona tenga la oportunidad) y por supuesto, evitar la fuente de las críticas a toda costa. Siempre tiendo a ponerme en segundo lugar y dar protagonismo a otros…
Pero como soy una luchadora nata, también he puesto freno a todo lo anterior. Os doy algunos consejos para aquellas personas PAS o no PAS que se identifiquen con lo que he contado anteriormente.
Siempre intento averiguar si la crítica es constructiva o destructiva. La crítica constructiva señala fallos, pero incluye consejos o sugerencias sobre cómo pueden ser corregidos, mientras que la crítica destructiva pretende atacar directamente o derribar a la persona, y por supuesto, no incluye consejos prácticos.
No respondo inmediatamente. Respiro profundamente, dejo reposar los pensamientos. Lo mejor que podemos hacer es resistir a la tentación de responder de forma inmediata. Es importante entonces dar un paso atrás en la situación y pensar en cómo se va a procesar. Espero hasta encontrarme más tranquila y tenerlo más claro antes de decir nada.
Hago preguntas. Puede ser fácil malinterpretar la más mínima crítica negativa. Así que pregunto para asegurarme de que entiendo completamente lo que se ha dicho sobre mí. Esto es especialmente importante si la crítica recibida no es demasiado clara.
Busco qué hay de verdad en lo que se está diciendo y consulto a todas las fuentes implicadas.
Aquí no admito “no se lo digas por favor”, es mi equilibrio emocional lo que esta en juego, y como bien sabéis los PAS tenemos una pandilla de emociones en nuestro interior que están a la gresca continuamente. . Intento escuchar con la mente abierta, lo cual no significa que tenga que creerla de inmediato, pero tal vez pueda encontrar algo que me haga reflexionar.
Separo los sentimientos de los hechos. ¡No creas todo lo que sientes! Los sentimientos no son los hechos, los sentimientos sólo son eso: sentimientos. No siempre representan lo que está ocurriendo a tu alrededor. Cuando escuchas las críticas, a menudo se desencadenan profundos sentimientos de vergüenza, frustración, ira, insuficiencia, desesperanza, etc., por lo que es difícil percibir toda la situación con perspectiva. Nuestro cerebro no siempre juega limpio, hay que ser lo más imparcial posible y minimizar la fuerza de las emociones.
Y para acabar con todo esto… hago algo que me guste mucho.
Tras recibir una crítica no es raro que nuestro ego se sienta como si le hubieran golpeado. Después de esta experiencia hago Mindfulness algo que me ayuda calmarme o incluso consolarme, veo una película divertida, tomo un largo baño de burbujas, leo un buen libro o me llevo a un amigo de verdad a disfrutar de una comida agradable. Si eres amable contigo mismo cuando las cosas se complican, te darás cuenta que es más fácil lograr un mayor equilibrio y tranquilidad interior.
Hay algo que duele especialmente, cuando las criticas las realiza una persona a la que tu quieres, o crees querer, cuando lo hace una persona que presuntamente tiene una vida de fe y valores y lo hace hablando mal y cuestionando muchas cosas ante personas que también son importantes para ti.
Llegados a este punto dejarme que os revele una historia de Buda:
Buda era bien conocido por su habilidad para responder al mal con el bien. Había un hombre que sabía de su reputación y viajó millas y millas y millas para probar a Buda. Cuando llegó y se puso de pie ante Buda, abusó de él verbalmente constantemente; lo insultó; lo desafió; hizo todo lo que pudo para ofender a Buda.
Buda no se conmovió, simplemente se volvió hacia el hombre y le dijo:
«¿Puedo hacerte una pregunta?»
El hombre respondió: «Bueno, ¿qué?»
Buda dijo: «Si alguien te ofrece un regalo y te niegas a aceptarlo, ¿a quién pertenece?»
El hombre dijo: «Entonces es de la persona que lo ofreció».
Buda sonrió, «Eso es correcto. Así que si me niego a aceptar tu abuso, ¿no sigue siendo tuyo?»
El hombre se quedó sin palabras y se alejó.
A pesar de todo lo dicho anteriormente, me encanta el mundo, la vida, la gente y una pequeña rabieta como esta me dura lo justo lo necesario porque… Porque sé que hay alguien que me entiende, que me escucha. Alguien que me espera. Alguien que me protege. Porque siempre hay un mañana.
Hasta pronto amigos y amigas.